23 mar 2009

Sólo una bala en la recámara



¿Es demasiado tarde? Afirmarlo es hacer que sea cierto. Sugerir que no hay nada que podamos hacer es asegurarse que no se haga nada. Pero incluso un optimista como yo cada vez ve menos signos de esperanza. Un sumario nuevo de la ciencia publicado después del último informe del IPCC sugiere que –casi con un siglo de adelanto- el proceso critico climático puede haber comenzado.
Hace sólo un año el IPCC avisaba que “el hielo marino a final del verano en el Ártico desaparecería casi completamente a finales del siglo XXI… según algunos modelos.”
Pero, como muestra el nuevo informe publicado por el Public Interest Research Centre (PIRC) los científicos climáticos están prediciendo el fin del hielo ártico a finales de verano dentro de entre tres y siete años. La trayectoria del derretimiento se observa en los gráficos como un meteorito cayendo sobre la Tierra.
Olvídate de los pobres osos polares: esto nos atañe a nosotros. Con el hielo desapareciendo, la región se vuelve más oscura, lo que significa que absorbe más calor. Un reciente informe publicado en Geophysical Research Letters muestra que el calentamiento extra provocado por la desaparición del hielo ártico penetra 1.500 metros dentro de tierra firme, cubriendo prácticamente toda la región con una continua capa helada permanente. Esta capa ártica contiene el doble de carbono que toda la atmósfera del planeta. Permanece segura mientras que la superficie permanezca helada. Pero el derretimiento ya ha comenzado. Los geiseres de metano ya se están produciendo en algunos lugares con tanta fuerza que mantienen el agua abierta en los lagos árticos durante el invierno.
El derretimiento de la capa helada permanente no está incorporado en ningún modelo climático global. El calentamiento en el Ártico puede por si mismo hacer que todo el planeta entre en una nueva fase climática. El Clima Medio puede colapsar más rápido y antes de lo que los peores escenarios pronostican.
El discurso de Barack Obama en la cumbre climática de los EEUU la semana pasada fue un impresionante avance. Dijo que, al menos en este asunto, existe un esperanzador cambio profundo en las políticas de los EEUU. Pero mientras que describía un plan realista para acometer el problema que se percibió en la Cumbre de la Tierra de 1992, las medidas que propone están anticuadas. La ciencia ha avanzado desde esas posiciones. Los eventos que la Cumbre de la Tierra y el tratado de Kyoto se suponían debían haber evitado, ya están comenzando. Gracias a las tácticas de Bush padre, Clinton (y Gore) y de Bush hijo, estos programas paulatinos y sensatos del estilo que Obama propone, ya son irrelevantes. Como sugiere el informe del PIRC, los años de sabotaje nos han dejado con una sola bala en la recámara: un programa de choque con un cambio total en la manera de producir energía.
Un estudio del Tynndall Centre muestra que si queremos tener unas posibilidades del 50% de prevenir un aumento de la temperatura de 2º C, las emisiones globales de la producción de energía deben llegar al máximo en 2015 e ir reduciéndose entre un 6 y un 8% al año desde 2020 a 2040, llegando a una completa descarbonización de la economía global poco después de 2050. Incluso este programa solamente funcionaria si algunas de las asunciones optimistas sobre las respuestas de la biosfera son ciertas. Tener unas posibilidades altas de prevenir un aumento de 2º C significa hacer reducciones anuales de más del 8%.
¿Es esto posible? ¿Es aceptable? El informe del Tindall Centre señala que reducciones anuales de más del 1% han “sido asociadas solo con recesiones económicas y revueltas sociales.” Cuando se derrumbó la Unión Soviética, se redujeron un 5% anualmente. Pero sólo se puede responder a esas preguntas si se consideran las alternativas. La trayectoria que Gordon Brown y Barack Obama proponen- una reducción del 80% para 2050- significa una reducción del 2% anual. Este programa según el Tindall Centre, es muy probable que signifique un aumento en la temperatura global de al menos 4 o 5º C. Lo cual se traduce en el colapso de la civilización humana en la mayor parte del planeta, ¿es esto aceptable?
El coste del cambio energético total y de los planes de conservación serian astronómicos y a la velocidad que se debería implementar, improbable. Pero los gobiernos de las naciones ricas ya han puesto en práctica un sistema parecido por otro motivo. Una encuesta de la cadena CNBC sugiere que el gobierno Federal de los EEUU ha gastado 4,2 trillones de US$ en respuesta a la crisis financiera, más del coste total de la II Guerra Mundial teniendo en cuenta la inflación. ¿Queremos ser recordados como la generación que salvo a los bancos y dejó que la biosfera colapsara?
Esto si embargo es contestado por la pensadora estadounidense Sharon Astyk. En un interesante nuevo ensayo, dice que reemplazar la infraestructura energética mundial requiere “un enorme uso de combustibles fósiles”, que se necesitan para manufacturar turbinas eólicas, coches eléctricos, nuevas conexiones a la red, aislamientos, etc. Esto puede que nos haga pasar el punto crítico. Propone en su lugar, pedir a la gente “que haga sacrificios radicales durante un plazo de tiempo corto”, reducir nuestro consumo de energía un 50% con poca asistencia tecnológica, en cinco años. Hay dos problemas: el primero es que todos los intentos anteriores nos enseñan que la abstinencia voluntaria no funciona. Segundo, que una reducción del 10% anual en el consumo energético, mientras que la tecnología no cambie sustancialmente, significa un 10% de reducción anual en el consumo total: una depresión mas honda de lo que nunca hemos experimentado. Ningún sistema político- incluso una monarquía absoluta- podría sobrevivir a un colapso económico de esa escala.
Ella tiene razón sobre los riesgos de un new deal tecnológico verde, pero esos son los riesgos que tenemos que tomar. Sus propuestas se adentran en el reino de la fantasía. Incluso la solución tecnológica que yo apoyo vive en los márgenes distantes de lo posible.
¿Podemos hacerlo? Investiga, revisa las nuevas evidencias. Tengo que admitir que puede que lo hayamos dejado para muy tarde. Pero hay otra pregunta que puedo responder más fácilmente. ¿Nos podemos permitir no hacerlo? No, no podemos.


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