La industria y los gobiernos han lanzado una intensa campaña de promoción del coche eléctrico, como una alternativa ecológica y sin emisiones contaminantes, en un intento por mantener un modelo de sociedad y desarrollo que ha demostrado ser inviable. Los coches eléctricos no suponen, en el estado actual de la técnica, una alternativa tan limpia y eficiente como se pretende. Pero más importante es plantearse cuáles son realmente nuestras necesidades de movilidad, y cambiar el modelo urbanístico y social existente para evitar desplazamientos innecesarios de personas y de mercancías. Los coches eléctricos sólo representarán una alternativa sostenible cuando se utilicen únicamente en los casos necesarios, en un contexto de movilidad diferente al actual, y la producción de energía eléctrica provenga de fuentes renovables. Rodrigo Irurzun y Félix García Rosillo. Ecologista nº 61.
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