18 may 2010

Peroléate por el decrecimiento 2010



El pasado 15 de mayo, el Consejo de la Juventud de Córdoba organizó un concurso de peroles con la excusa de compartir un día de convivencia e información en torno al decrecimiento. ¡Ah! un perol es un fenómeno típicamente cordobés y que consiste en un grupo de personas reunidas en torno a un perol -especie de olla- de arroz, como el que aparece en la foto.

Hasta siete súper peroles pudimos degustar los que estuvimos por allí, bastantes jóvenes compartiendo rato, cuchara y granos de arroz con algunas abuelillas del barrio que se nos sumaron a tan magno evento. Al final del día se leyó el manifiesto del decrecimiento. Un día estupendo lleno de jóvenes activos y comprometidos.

Manifiesto por el decrecimiento - Consejo de la Juventu de Córdoba 2010
"No estamos padeciendo una crisis sino un conjunto de ellas: crisis ecológica, energética, climática, social, cultural y económica. Todas ellas no son crisis aisladas, sino más bien el resultado de un problema estructural, sistémico, cuyo origen está en la búsqueda obsesiva del "cada vez más". La norma dominante en nuestro contexto sociocultural está basada en la creencia del crecimiento ilimitado, idea que, desde el poder, nos relacionan directamente con otras como desarrollo, prosperidad, progreso e, incluso, nos la ofrecen como remedio contra las desigualdades.

Sin embargo, el crecimiento económico (reflejado por el incremento del Producto Interior Bruto) representa un incremento de la producción y del consumo, lleva inevitablemente a un uso creciente de materia y energía, y tiene como resultado un aumento en la extracción de recursos naturales así como un incremento de los residuos y emisiones. El crecimiento global, además, es socialmente insostenible y ha incrementado la desigualdad entre países. Utilizando una parte de los recursos ambientales globales mayor de la que les corresponde legítimamente, las naciones más ricas están reduciendo el espacio ambiental disponible para las naciones más pobres, e imponiéndoles impactos ambientales adversos.

Los datos científicos disponibles indican que la economía global ha crecido más allá de los límites ecológicamente sostenibles, sobrepasando la capacidad de carga de nuestro planeta. Si no respondemos a esta situación ajustando la actividad económica global a las capacidades de nuestros ecosistemas, y redistribuyendo la riqueza e ingresos globalmente para que respondan a nuestras necesidades sociales, el resultado será un proceso de decadencia o colapso económico involuntario e incontrolado, con impactos sociales potencialmente muy serios, sobre todo para los más desfavorecidos.

Por eso ha llegado la hora de aunar esfuerzos. Ha llegado la hora de que los que abogan por la agroecología, los que buscan un urbanismo más amable con los más débiles, los que luchan contra las injusticias que provoca la globalización, los pacifistas, los amantes de una vida lenta, los que apuestan por lo público, los que están cansados de ciertos valores añejos y oscuros, los protectores del patrimonio de todos, los preocupados por nuestro futuro energético, los críticos con la economía convencional, los que defienden el derecho de vivir de todos los seres vivos, los que buscan más allá de las ideas y los convencionalismos actuales y los hastiados con el sistema, nos unamos tras una misma idea.

Ha llegado la hora del decrecimiento. Porque no basta con hacer lo mismo de siempre, pero menos. Porque vamos hacia un muro y no nos podemos limitar a bajar la velocidad. Tenemos que parar y comenzar a trazar otro camino. El decrecimiento es un lema provocador para marcar la necesidad de una ruptura. Hagamos que se convierta en el eslogan de todos los objetores del crecimiento. De todos los objetores de un sistema que condena injusta y cruelmente al 80% de la población mundial. De un modelo que no reconoce los límites naturales y vive de los recursos que escamoteamos a nuestros descendientes.
El Consejo de la Juventud de Córdoba invita y anima a todos los ciudadanos y entidades sociales a reformular nuestro imaginario colectivo y comenzar a recorrer la senda del decrecimiento para demostrarnos a nosotros mismos que se puede vivir mejor con menos."

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